Miguel Ángel Acosta, secretario general de la CCS, reivindica el valor de la colaboración entre universidades y escuelas de negocio para fortalecer la conexión con el tejido productivo.
El representante de la CCS destaca la necesidad de mejorar la gobernanza universitaria y situar la empleabilidad como objetivo central del sistema de educación superior.
La II International Conference on European Higher Education, organizada por la Unión Europea de Enseñanza Superior Privada (EUPHE) y celebrada los días 7 y 8 de mayo, reunió en Madrid a expertos internacionales, académicos, responsables públicos y representantes institucionales para debatir el presente y futuro del sistema universitario en Europa. El evento, que tuvo lugar en la Oficina del Parlamento Europeo y la Universidad Antonio de Nebrija, se consolidó como un espacio de referencia para repensar la educación superior en un momento de transformación acelerada.
En este marco, Miguel Ángel Acosta, secretario general de la CCS, participó como ponente invitado por la Asociación Española de Escuelas de Negocio y Centros de Postgrado (AEEN). Su intervención, titulada “Universidades y Escuelas de Negocio ante los desafíos de la educación superior”, analizó los retos estructurales que enfrenta el sistema universitario europeo y propuso avanzar hacia un modelo de cooperación más estratégico entre universidades y escuelas de negocio.
Acosta defendió que el actual contexto global —marcado por la digitalización, la inteligencia artificial, los cambios demográficos y las demandas de sostenibilidad— exige una profunda transformación de las instituciones de educación superior. Según afirmó, ya no es suficiente con impartir contenidos ni con formar en competencias técnicas. La educación debe ser una experiencia significativa que prepare a los estudiantes para un mundo complejo, cambiante y lleno de incertidumbres.
Durante su intervención, estructurada en cinco bloques, Acosta identificó cuatro desafíos prioritarios para el futuro de la universidad:
- La relevancia: en un ecosistema donde el conocimiento es abundante y accesible, las universidades deben demostrar su valor diferencial más allá de los títulos, apostando por la formación crítica, el pensamiento riguroso y la conexión con la realidad social.
- La equidad: las instituciones deben adaptarse a la diversidad creciente del estudiantado, diseñando políticas inclusivas y estructuras flexibles que garanticen el acceso, la permanencia y el éxito de todos los perfiles.
- La sostenibilidad institucional: más allá de los desafíos financieros, urge reformar la gobernanza universitaria, modernizar procesos y reforzar la capacidad de innovación interna.
- La legitimidad social: recuperar la confianza de la ciudadanía requiere mayor apertura, compromiso con el entorno y una verdadera cultura de responsabilidad social universitaria.
Acosta puso especial énfasis en la necesidad de superar la visión fragmentada entre universidades y escuelas de negocio. Reivindicó su papel complementario, subrayando que las universidades pueden aprender de la agilidad y orientación al entorno de las escuelas de negocio, mientras estas pueden enriquecerse con el rigor académico, la misión pública y el compromiso ético de las universidades.
Como ejemplo de colaboración efectiva, mencionó el sistema de certificación CUALIFICAM, impulsado por AEEN en colaboración con la Fundación Madri+d, que evalúa la calidad académica, la adecuación al mercado laboral y la trazabilidad de resultados de los programas de máster, incorporando también la participación de empleadores y expertos externos.
“La universidad y las escuelas de negocio no deben caminar en paralelo, sino encontrarse, aprender mutuamente y construir una oferta educativa más robusta, relevante y comprometida”, afirmó. También apeló a fortalecer redes internacionales, desarrollar microcredenciales compartidos y crear espacios híbridos de formación, investigación e innovación social.
Acosta concluyó su intervención con un mensaje de responsabilidad y futuro compartido: “Ya no hay espacio para la autosuficiencia. El porvenir de la educación superior pasa por la cooperación genuina, la visión compartida y el compromiso con el bien común. La educación no solo prepara para el futuro: es el futuro que empezamos a construir hoy”.