El pasado 16 de febrero quedó aprobada definitivamente la Ley de Convivencia en la Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades de la sesión número 44 del Senado. El BOE del pasado 25 de febrero publicó la nueva Ley.
Se culmina así un proceso legislativo que dejar atrás el decreto franquista de 1954, una norma, anacrónica y preconstitucional.
“Quiero recordar a mi predecesor, Manuel Castells, que fue el precursor de esta ley y valorar su trabajo para derogar este decreto de 1954. Es una ley que defiende a los más débiles y recoge elementos nuevos que suponen un cambio de enfoque muy significativo”, ha anunciado Joan Subirats, ministro de Universidades, durante su intervención en el Senado tras la aprobación de la ley.
Fuente: CCS
La Comisión de Ciencia, Innovación y Universidades del Senado ha dado el visto bueno a la nueva Ley de Convivencia Universitaria. Era el último trámite necesario para su aprobación definitiva.
Con esta decisión se culmina el proceso legislativo con el que se deroga el Decreto de 8 de septiembre de 1954 por el que se regía hasta ahora el Reglamento de Disciplina Académica de los Centros Oficiales de Enseñanza Superior y de Enseñanza Técnica dependientes del Ministerio de Educación Nacional, y que «permanecía vigente respecto del estudiantado, en clara contradicción con los principios democráticos de nuestra sociedad actual».
Según el Ministerio de Universidades, la nueva Ley se adapta al ordenamiento constitucional vigente y sienta las bases para reformular el marco de convivencia universitaria haciendo énfasis en el ejercicio de las libertades y los derechos fundamentales y garantizando la igualdad para un posterior desarrollo por las Comunidades Autónomas y las propias universidades.
Entre otras novedades, en esta nueva ley se incluyen muchas de las medidas demandadas por las unidades de igualdad de las universidades. Todos los centros están obligados a tener normas de convivencia, que incorporen mecanismos de mediación como vía preferente para la resolución de los conflictos, así como, medidas de prevención y respuesta frente a la violencia, la discriminación o el acoso. A esto se suma que las universidades deberán crear una Comisión de Convivencia, que tendrá que ser paritaria y estará constituida por representantes del estudiantado, del personal docente e investigador, y del personal de administración y servicios.
Asimismo, la Ley de Convivencia Universitaria define un nuevo sistema de faltas y sanciones para el estudiantado, con las máximas garantías y la posibilidad de sustituir las sanciones, en determinados casos, por medidas de carácter educativo o recuperador, poniendo así el acento, según el legislador, en los valores propios del ámbito universitario.